Juanfer Quintero pudo llegar a Racing antes de ser ídolo de River: de la historia oculta a la frase de Costas para que siga
Con la misma clase que lleva en su pie zurdo, Juan Fernando Quintero se define: “Soy un elegido de Dios. Toda la gloria es para él. Simplemente trato de disfrutar. Fue el don que me dio, el del talento. Que salga a flote en un partido como estos es muy especial”. Lo dice al borde del llanto, con las lágrimas sobre las mejillas como le ocurre a otras 50 mil personas en un Cilindro de Avellaneda extasiado porque el colombiano marcó dos goles y fue la figura de la remontada ante Corinthians que mete a Racing en una final internacional después de 32 años.